Se trata de un niño de hace mucho tiempo y muy lejano y se trata del niño de ahora. En ti y en mi. Esperando tras la puerta de nuestros corazones a que algo maravilloso ocurra.
Robert Fulghum
En este número deseo compartir aquello que las últimas experiencias en los talleres que coordiné despertaron en mi de un modo muy simple y claro. Como siempre quiero expresar y recordar que nuestro cuerpo es un magnífico territorio a descubrir y, cada día, una valiosa oportunidad para intentarlo. Cada experiencia y cada danza abre una puerta hacia adentro trazando el camino de “regreso a casa”. Podemos seguirlo hasta llegar al comienzo, a lo más hondo, interno e íntimo de nuestra existencia y luego: volver a jugar… volver a danzar como alguna vez lo hicimos o quisimos hacerlo!
Entonces, en este último tiempo, se hizo para mi muy evidente que no es necesario tomar un camino difícil o doloroso para llegar a ese lugar tan añorado… en cambio, es posible alcanzarlo sonriendo, con toda la espontaneidad que nada ni nadie puede quitarnos. Entonces, nos sentimos livianos y estamos disponibles para volver a conectarnos con ese niño/niña que nos espera para continuar la aventura de la vida que tal vez un día, más temprano o más tarde, nos vimos obligados a interrumpir. Seguramente ahora estamos dispuestos y con tiempo suficiente para continuar el juego y comenzar a desplegar nuestra creatividad… podemos comenzar!