Marian Chace (1896 – 1970), bailarina y danzaterapeuta estadounidense, comenzó a plantear la necesidad de “mirarse” en el espejo del otro y recibir aquello que ese otro nos devuelve. Fue la pionera de la Danza/Movimiento terapia y en la costa este de Estados Unidos desarrolló su programa de Danza para la comunicación en el Saint Elizabeth´s Hospital en el año 1945 con pacientes psicóticos. Según esta autora, la danza es comunicación.
Sus contribuciones más importantes fueron el reconocimiento de la función sanadora de la danza y los vínculos interpersonales a nivel movimiento. Planteó así el concepto de empatía kinestésica que significa que el danzaterapeuta refleja lo que percibe en el movimiento y en el cuerpo de la persona con quien trabaja. M. Chace logra una conexión con el otro espejándolo y lo alcanza donde está emocionalmente, lo comprende y acepta (Levy, 1992; Sandel & cols, 1993; Fischman, 2005;).
Hay un concepto muy interesante desarrollado por M. Chace: la actividad rítmica grupal. El ritmo impregna cada aspecto de la vida humana desde siempre. Hay ritmos humanos muy personales como la respiración y, sin embargo, un grupo cohesionado parece tener una respiración y un pulso compartidos. El ritmo organiza el comportamiento individual y a la vez crea un sentimiento de solidaridad y contagio entre las personas (Chaiklin & Schmais, 1975).
Se trata de un excelente aporte que nos hace tomar conciencia de Eso que el otro nos devuelve. Contemplarnos en el otro… encontrar en su mirada esa parte nuestra que, por algún motivo, refleja. Así como en la Danza, el mundo que nos rodea está lleno de espejos: cada uno nos muestra alguna partecita nuestra, algunas más queridas y otras más rechazadas… algunas más conocidas y otras más ignoradas. TODAS VALIOSAS Y BELLAS!
María Fernanda Rodríguez
Referencias citadas: