Entrega y Pasión
No pienses que no pasa nada, simplemente porque no ves tu crecimiento…
las grandes cosas ocurren en silencio
Siddharta Gautama Buda
El tiempo que concluye
He aquí nuestro presente, nuestra vida hoy para tomarla y agradecer. Valoramos nuestros logros, nuestras metas alcanzadas, nuestro coraje para superar los obstáculos que se presentaron en el camino (ya que muy rara vez esto no ocurre!). Comenzamos a reconocer nuestros sueños y proyectos para el futuro que comienza!… Entonces, nos preguntamos cómo empezar a danzar hacia ellos y abrir nuevos caminos con pasión?
El primer paso es sin duda el desapego de aquello que concluye…el desapego o ecuanimidad apasionada (Wilber 1995). Como dijimos en el Newsletter 18 (Rodríguez 2015), la ecuanimidad es un estado de purificación mental cultivado a través de la meditación en el camino budista de la sabiduría y la iluminación que hace posible encarar la vida en calma y tranquilidad sin perturbar la mente. Pero esta ecuanimidad puede estar llena de pasión por la vida. K. Wilber (1995) propone el concepto de ecuanimidad apasionada en su libro Gracia y Coraje en donde relata el desapego apasionado de Treya, su esposa, cuando “suelta” la vida con pasión y no como entrega pacífica o resignada.
Desapegarnos con pasión y reconocer esos espacios vacíos fértiles que quedan entonces para hacer lugar a lo nuevo. Entendemos por espacio vacío aquel “lugar” libre en el cuerpo, disponible, pleno de potencial creativo, por donde la energía vital circula libremente, sin obstáculos (Rodríguez 2015, Newsletter 15). A través de la danza podemos hallar esos lugares en nuestro cuerpo que nos otorgan la magnífica posibilidad de conjugar Presente y Futuro. Cuando estos espacios surgen internamente, es posible reconocerlos por fuera también, es decir en el mundo que nos rodea.
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