… El baile es el ritmo de todo lo que muere para volver a nacer otra vez,
es el eterno amanecer del sol…
Isadora Duncan
La danza infinita nos trasciende produciendo en nuestro cuerpo una expansión sin límites y, en ese espacio sagrado estamos, SOMOS y nos expresamos dejando que aquello genuino y muy propio salga a la luz para dar comienzo a lo Nuevo en nosotros! Es el comienzo de un tiempo de expresión, descubrimiento, crecimiento, nuevas sensaciones… y lo recibimos danzando!
Como describe Vinn Arjuna Martí, creador de Soul Motion, la danza infinita es el momento adecuado para reflexionar, renovar y restaurar mientras preparamos nuestra salida desde el ‘dance floor’ hacia el ‘world floor’. Como parte del universo, estamos en relación, creamos, mantenemos y destruimos, giramos y rotamos, en constante expansión (Martí 2016-2017: 46).
La danza infinita es la última de una serie que Arjuna describe comenzando con la danza íntima, aquella que realizamos en completa inclusión e inmersión en nuestro mundo interior. Luego la danza en comunión en relación con otro; la danza en comunidad que representa el momento en el que expandimos nuestra atención para recibir y dar en un “campo” que tiene ahora una mayor dimensión y abarca a la comunidad de la que somos parte. Nuestro viaje pasa por distintas instancias que implican la relación con nosotros mismos, con otro y con todos para finalizar con la danza devocional, infinita, que nos permite el “retorno a casa” (Martí 2016-2017).
En el siguiente capítulo comparto una profunda vivencia que me llevó grandes descubrimientos desde el “piso de la danza”, hacia el “piso del mundo” y desde la danza íntima a la danza infinita, con el Universo!