Este taller se relaciona con los dos anteriores y a la vez tiene unidad en sí mismo. Tuvo dos momentos de los cuales comparto algunas propuestas…
Parte I. Paisajes
La primera meta es comenzar a percibir los paisajes recorridos a lo largo de nuestra historia de vida. Entendemos aquí al “paisaje” como un recorte en el tiempo…una escena, un momento con todas sus cualidades…
- De pie y en círculo. Recorrido breve, tomo conciencia de los pies y a partir de ese sostén en la Tierra comenzamos a seguir el movimiento de la respiración: manos hacia arriba, giran y hacia abajo…mientras vamos testeando el cuerpo. Tomando conciencia especialmente de la zona del abdomen, luego espalda, cuello y cabeza. Vamos testeando:
- Si hay alguna parte de mi cuerpo en donde podría sentir o visualizar especialmente este momento, mi presente… algún rincón en donde me siento especialmente cómodo/a.
- Si hay alguna parte en especial que me muestre cómo estoy hoy…cómo me siento aquí y ahora. Percibo también si esa parte está quieta o en movimiento. Solo lo voy registrando, sin querer cambiar nada.
- Un poco más allá trato de percibir si esa parte que hoy se hace presente de un modo especial, me remite a algún paisaje de mi vida, es decir algún momento particular… si aparece alguna imagen le doy la bienvenida y la guardo con mucho respeto y cuidado.
- Toda esa información sentida queda en mi cuerpo…el cuerpo “sabe” guardarla.
- 2. el salón dividido en tres: el presente de un lado con su paisaje (una orilla) y en la otra orilla: aquellos paisajes que hayan aparecido (uno o dos). Me conecto con ellos desde mi piel, escucho a mi cuerpo y elijo uno por vez para danzar y, cuando lo siento, Danzo en mi paisaje actual y cuando lo deseo voy a danzar aquel o aquellos que se hicieron presentes en mi cuerpo.
PARTE II. Forma y fuerza
Qué formas tienen en mi cuerpo los paisajes de mi historia de vida? … Qué huellas dejaron en mi piel? Nos animamos a seguirlas y ver a dónde nos conducen?
- En el centro hojas y colores para dibujar. Nos imaginamos que podemos danzar en nuestra piel que va a ir adquiriendo diferentes texturas…
La invitación es a danzar por unos minutos en la arena y luego cerrar los ojos… entonces visualizar nuestra danza: cómo la vemos en la arena?, qué huellas deja? qué recorrido sigue?, qué formas adquiere aquello que expresamos con el cuerpo entero en movimiento (aún cuando alguna parte permanezca en quietud)?, qué huellas deja nuestra danza en la piel-arena?…nos animamos a dibujarlas, a dejar un recuerdo de estos trazos y pedacitos de nuestra historia? .
Imaginemos que podemos danzar en el agua… fluir con ella… qué ocurre si miramos hacia atrás?…dibujamos luego.
Luego en el aire… qué estelas quedan a nuestro paso? dibujamos lo que “vemos”.
2. Un poco más adentro…danza con antifaces (de a dos). Sigo la huella de las formas descubiertas y me dejo llevar a las fuentes desde donde surge la fuerza que nos mueve y nos impulsa hacia adelante!
3. Una vez hallada esa fuerza o fuerzas, los invito a “ser danzados” por ella! No hago nada, espero y hago espacio, solo dejo que me mueva esa potente fuerza que hay en mí, muy adentro…
Gracias una vez más, a quienes fueron parte!